by L Rubio · Cited by 231 — Dado que una empresa puede ser muy competitiva en un país poco competitivo y viceversa, un país puede ofrecer condiciones óptimas para el desarrollo empresarial
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2 PresentaciŠn Sin empresas y empresarios, ningœn pa™s puede prosperar. Las empresas son el medio m⁄s eficiente que ha concebido el ser humano para generar riqueza, crear empleos, reducir la pobreza y, en el conjunto, hacer prŠspero a un pa™s. Pero para ser exitosas, las empresas tienen que ser eficientes, productivas y competitivas. De hecho, la competitividad es lo que hace que una empresa pueda ser exitosa en el m undo en que se desenvuelve. Y la competitividad es resultado de las condiciones que existen en el entorno, as™ como de la habilidad del empresario para distinguirse de sus competidores. El tema de este libro es el de la competitividad, t”rmino que con fre cuencia se mal entiende, porque se atribuye a un pa™s, cuando en realidad corresponde a las empresas. Para que las empresas puedan competir exitosamente, la econom™a de un pa™s debe ser altamente productiva. La productividad s™ depende, en muchos sentidos, del actuar gubernamental en materia de infraestructura, educaciŠn y desarrollo tecnolŠgico, as™ como de pol™ticas pœblicas que promueven o impiden el crecimiento de la productividad, como son la pol™tica laboral, fiscal y regulatoria. De esta forma, mient ras que la productividad de la econom™a se refleja en la capacidad de competir de las empresas, la competitividad depende de lo que ”stas hagan. El objetivo de este libro es el de analizar la problem⁄tica de las empresas mexicanas, sobre todo en lo que t oca a las pol™ticas pœblicas que contribuyen o impiden la competitividad de las empresas. Se trata de un libro did⁄ctico y, a la vez, argumentativo, que define los temas, propone soluciones y aporta nuevas formas de entender un problema central del desarro llo del pa™s. Sus autores, ambos investigadores de CIDAC, Centro de InvestigaciŠn para el Desarrollo, A.C., llevan aŒos estudiando a las empresas mexicanas y analizando las pol™ticas pœblicas que emanan del gobierno. El libro que han preparado y que el lec tor tiene en sus manos constituye una aportaciŠn importante a la discusiŠn que el pa™s tiene que tener de manera seria y convincente. Este libro fue posible gracias al patrocinio del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. a cuyo presidente, el Li c. Valent™n Diez Morodo, expresamos nuestro m⁄s amplio agradecimiento y reconocimiento.

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3 Tambi”n un reconocimiento al equipo de investigadores del CIDAC, en particular a Cesar Hern⁄ndez, Guillermo Zepeda, Gabriela Campuzano y Roberto Blum, por sus valiosas contribuciones al texto. CIDAC, Centro de InvestigaciŠn para el Desarrollo, A.C., es una instituciŠn independiente, sin fines de lucro. Su objetivo es contribuir con an⁄lisis, estudios y recomendaciones a una mejor la formulaciŠn de pol™ticas pœblicas y programas de desarrollo, as™ como aportar elementos de an⁄lisis que enriquezcan el debate e informen a la opiniŠn pœblica en general en temas relevantes para el desarrollo del pa™s. CIDAC cuenta con un Patronato que es responsable de la supervisiŠn de la administraciŠn del Centro y de la aprobaciŠn de las ⁄reas generales de estudio. Sin embargo, las conclusiones de los diversos estudios, as™ como su publicaciŠn, son responsabilidad exclusiva de los profesionales de la instituciŠn. Los estatutos del Centro establecen que: El Patronato tiene como funciŠn primordial la de hacer posible la consecuciŠn del objetivo social, bajo las condiciones m⁄s favorables, salvaguardando en todo momento la independencia de criterio de los profesionales y de sus actividades de investigaciŠn y docencia, as™ como la de sus publicaciones. El Patronato conocer⁄ y opinar⁄ sobre los proyectos de investigaciŠn que hayan concluido los profesionales del Centro, pero en ningœn caso ser⁄ su funciŠn la de determinar, controlar o influenc iar el desarrollo ni el contenido de los proyectos de investigaciŠn o las conclusiones a que ”stos lleguen. En fin, esperamos con esta publicaciŠn contribuir a la transformaciŠn de las empresas mexicanas y, en particular, al marco de pol™ticas pœblicas qu e determina su ”xito o fracaso. Edna Jaime TreviŒo Directora General CIDAC

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4 êndice IntroducciŠn 1. El reto de la competitividad 2. ÀQu” es la competitividad? Competitividad en una econom™a abierta Competitividad y competencia econŠmica La competitividad, la productividad y el quehacer gubernamental 3. Reforma econŠmica y competitividad: qu” ha fallado Lo lŠgica de las reformas Qu” ha fallado 4. El problema econŠmico en la actualidad La urgencia de cambiar el rumbo Ca™da en productividad P”rdida de las bonanzas econŠmicas Bono demogr⁄fico: lastre y oportunidad ÀQu” pasar⁄ si no hacemos nada? 5. Creando instituciones para la competitividad Competitividad y competencia en sectores regulados Competitividad y relaciones laborales 6. El imperativo de seguir adelante Reformas: la necesidad de una visiŠn integral Hacia un nuevo paradigma Reforma del Estado Reformas en materia econŠmica 7. El consenso sobre la competitividad Competitividad: mitos y realidades Hacia un consenso 8. Viendo hacia adelante

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5 La competitividad es lo que permite a una empresa ser exitosa en el mundo en que se desenvuelve. Una empresa es competitiva cuando logra desarrollar productos y servicios cuyos costos y calidades son comparables o superiores a los de sus competidores en el resto del mundo. De aqu™ que la competitividad sea una caracter™stica de las empresas y que en un sector industrial o pa™s puedan coexistir distintos grados de competitividad . A partir de esto, uno podr™a llegar a concluir que la competitividad es un asunto que sŠlo interesa y debe interesar a las empresas. Sin embargo, la realidad dif™cilmente podr™a ser m⁄s contrastante. La competitividad de cada empresa depende de sus propias estructuras internas, es decir, de su organizaciŠn y capacida d para producir de una manera tal que pueda elevar sus ventas y ganarle a sus com petidores en distintos ⁄mbitos. S in embargo, hay una infinidad de factores externos que determinan su capacidad de competir. Una empresa puede ser la m⁄s productiva y tecnol Šgicamente exitosa en su ⁄mbito interno, pero si las condiciones externas le imponen diversos costos, su competitividad acaba siendo limitada. Para competir, las empresas tienen que contar con un entorno f™sico, legal y regulatorio que contribuya a reducir costos y elevar su productividad. Justamente son ”stas las consideraciones que animan el texto que el lector tiene en sus manos. En un mundo globalizado, la capacidad de competir lo es todo, pues de esa capacidad se deriva la creaciŠn de riqueza, el creci miento econŠmico y, por lo tanto, la creaciŠn de empleos y la mejor™a en los niveles de vida de una poblaciŠn. En la medida en que una sociedad es m⁄s productiva, la capacidad de competir ser⁄ mayor ; es por eso que hablar de competitividad implica necesariamente hablar de productividad. La sociedad y el gobierno tienen que encontrar los medios y las condiciones para que se eleve la productividad del pa™s en su conjunto y que esto a su vez contribuya a crear las condiciones para que las empresas puedan co mpetir. Paul Krugman, economista norteamericano, afirma que Òla productividad no lo es todo, pero en el largo plazo, la productividad es casi todo. La capacidad de un pa™s de mejorar sus niveles de vida depende, casi enteramente, de su capacidad para eleva r su producciŠn por unidad de

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6 factor productivoÓ 1. La pregunta para los mexicanos es qu” habr™a que hacer para elevar la productividad general de la econom™a del pa™s. Adem⁄s del enorme reto de elevar la productividad, el pa™s enfrenta el desaf™o de moverse hacia una econom™a fundamentada en la creaciŠn de valor agregado , y abandonar paulatinamente la fabricaciŠn de productos poco diferenciados y cuya rentabilidad es c ada vez menor. No i nstrumentar cambios de fondo para emigrar hacia actividades m⁄s espec ializadas y con mayor valor implicar™a condenar a la econom™a a permanecer en actividades donde la œnica ventaja es el precio de la mano de obra, actividades en las que, por cierto, cada vez somos menos competitivos. Solamente siendo m⁄s productivos y movi ”ndonos hacia la econom™a del conocimiento lograremos tener empresas competitivas. El argumento de este libro es que la productividad de una econom™a , y el entorno dentro del cual operan las empresas, la determinan factores como la educaciŠn de la poblac iŠn, la calidad de la infraestructura, la disponibilidad de servicios eficientes, la fortaleza del sistema legal y la estabilidad macroeconŠmica. Cuando la productividad de la econom™a es elevada, las empresas cuentan con un entorno que les permite compet ir con alta probabilidad de ”xito. Por el contrario, cuando la productividad es baja , la capacidad de competir es irrisoria, como crecientemente ocurre en el pa™s. Aunque la productividad de la econom™a sea elevada, siempre habr⁄ empresas exitosas y empresas fracasadas. Esto siempre ocurrir⁄, pero sin elevados niveles de productiv idad y sin la transiciŠn hacia la elaboraciŠn de productos y servicios de mayor valor agregado, la capacidad de competir ser⁄ nula. El problema que el pa™s enfrenta no es la carencia de informaciŠn o an⁄lisis sobre cŠmo pueden resolver se los problemas que lo aquejan. El problema radica en que no se ha encontrado la forma de instrumentar las decisiones que permitan impulsar la capacidad competitiva de las empresas. 1 Krugman, Paul, The Age of Diminished Expectations: U.S. Economic Policy in the 1990Õs , Cambridge: MIT Press, 1990.

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8 Nos encontramos en una situaciŠn de equilibrio inestable que hace pensar que, as™ como podemos dar el gran paso hacia el desarrollo , podemos regresar a una situaciŠn de estancamiento e inestabilidad. Lo que es seguro es que el pa™s no se encuentra en condiciones adecuadas para enfrentar la creciente competencia que caracteriza al mundo y que parece elevarse d™a a d™a. A pesar de que la econom™a mexicana arroja cifras positivas en diversos rubros, algunos de ellos cr™ticos para la estabilid ad, su rea lidad cada vez m⁄s se asemeja al famoso comunicado de la Guerra Civil espaŒola en que se anunciaba que Òel avance continuŠ todo el d™a sin que se hubiera perdido territorioÓ. La competencia es una lucha sin cuartel en un entorno que cambia perman entemente. Cualquiera que no se adecua con celeridad pierde terreno. As™, h emos llegado al punto en que nos medimos m⁄s por lo que no avanzamos. Luego de d”cadas de disputas sobre la funciŠn de las empresas y los empresarios en el desarrollo econŠmico del pa™s, hoy pr⁄cticamente nadie duda del papel central que juegan. M⁄s all⁄ de las diferencias normales sobre la pol™tica econŠmica, al empresario se le reconoce como el creador de riqueza y el empleador que es. De hecho, en un pa™s caracterizado por la juv entud de su fuerza de trabajo, hay un consenso claro de que sin empleadores no hay empleos. Pero del consenso sobre la importancia del empresario en la creaciŠn de empleos no sigue un consenso sobre la importancia y la urgencia de crear condicione s para q ue haya m⁄s empresarios y empresas, mejores oportunidades y, por lo tanto, m⁄s crecimiento y empleos. El mundo de la pol™tica y de los debates abandonŠ su desprecio por el empresario, pero no ha n asumido las implicaciones y necesidades de una econom™a moderna que funciona en un entorno no solamente competitivo, sino cuyo dinamismo es tan intenso que el œnico patrŠn de comportamiento es el del cambio mismo. De esta manera, mientras que en sociedades como las del sudeste asi⁄tico, por citar el caso m⁄s evidente, todas las reformas se enfocan hacia la optimizaciŠn de las condiciones en que operan las empresas, en M”xico el empresario tiene que competir ocup⁄ndose de los burocratismos, las corruptelas y las insuficiencias de la infraestructura. Cualquiera que haya vivido en el mundo de la industria y los servicios en el pa™s conoce la historia. La creaciŠn de una empresa toma meses; los bancos ven con suspicacia a quien requiere cr”dito para hacer funcionar su negocio; las l™neas telefŠnicas con

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9 frecuencia no e st⁄n disponibles y su costo es mucho mayor que el de sus competidores en Asia o en Estados Unidos; la energ™a el”ctrica es cara y se caracteriza por cambios en su voltaje que afectan la maquinaria; las regulaciones en materia laboral y fiscal son complejas, contradictorias, costosas y dif™ciles de cumplir; los trabajadores suelen estar muy bien dispuestos y son capaces de inventar y mejorar procesos de producciŠn, pero sus fundamentos educativos son pobres y no les ayudan a agregar valor en el proceso de producciŠn. En suma, con todos estos handicaps, el empresario que sobresale en nuestro pa™s es un verdadero h”roe. Cuando la econom™a mexicana se encontraba cerrada y protegida, las deficiencias que la caracterizaban parec™an poco importantes. Aunque aparen temente intrascendentes, esas deficiencias ten™an costos elevados que se pod™an observar en la mala calidad de los productos y servicios o directamente en su precio, pero era posible al menos sobrevivir. Con la transformaciŠn del mundo hacia la llamada glo balizaciŠn, proceso del que nadie puede abstraerse por m⁄s que lo quiera, todo el esquema anterior se alterŠ. Ahora ya no es posible competir con base en precios altos o calidades malas. Las empresas tienen que ofrecer mejores productos y servicios para co mpetir con sus pares en el resto del mundo. Se trata de un giro radical que no fue creado por el gobierno, pero con el cual todos los mexicanos tenemos que vivir y aprender a ajustarnos a los cambios. Dicho ajuste ha sido sumamente dif™cil y costoso. Muc hos empresarios han encontrado maneras de competir en el exterior y defenderse con ”xito de las importaciones, pero muchos m⁄s han sido incapaces de hacerlo. Algunos podr™an ser muy exitosos, pero operan en un entorno tan hostil que les resulta dif™cil, cu ando no imposible, vencer los obst⁄culos. Algunos empresarios de antaŒo viv™an en un mundo tan sencillo que simplemente no se pueden adaptar a las nuevas realidades mundiales. Pero lo que es seguro es que no existen condiciones idŠneas que favorezcan el de sarrollo de empresas y empresarios en el pa™s. Esa es la gran tarea que tenemos hacia adelante. El pa™s requiere cambios profundos que no est⁄n teniendo lugar, adem⁄s de que existe una gran confusiŠn sobre cu⁄les son los cambios que se requieren. Mucha d e la confusiŠn surge de intereses que se ver™an afectados por los cambios, pero mucha tambi”n emerge de la ignorancia que caracteriza a muchos pol™ticos, y a la poblaciŠn en general, sobre las condiciones que generan riqueza en una sociedad. Lo que el pa™s

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10 requiere es un entorno conducente a la competitividad de las empresas. Nadie ni nada puede garantizar el ”xito de una empresa o de un empresario, pero en M”xico parece que hemos hecho todo lo posible por hacerle dif™cil el camino. Lo que se requiere es crear condiciones que hagan posible el nacimiento, desarrollo y consolidaciŠn de empresas competitivas, capaces de generar riqueza, satisfacer al consumidor nacional, exportar y crear empleos. Al mismo tiempo, es imperati vo facilitar la desapariciŠn, transformaciŠn o reestructuraci Šn de empresas que no funcionan o no pueden competir exitosamente, de una manera eficiente que permita aprovechar sus activos, es decir, su maquinaria, sus edificios, los conocimientos de sus empleados, etc. Ese es el gran reto del M”xico de hoy y todos los mexicanos, comenzando por los empresarios, deber™amos sumarnos tras ese objetivo singular. Este libro persigue convencer al lector de la urgencia de actuar, de transformar las estructuras econŠmicas e institucionales anquilosada s que caracterizan a diversos sectores y actividades del pa™s, as™ como de los enormes riesgos de no hacerlo. En la medida en que toda la poblaciŠn, pero primero que nadie los propios empresarios, reconozca la urgencia de actuar, se podr⁄ forzar un avance decidido. Se requiere, pues, un consenso en torno a las causas del estancamiento, las alternativas de soluciŠn y los riesgos de no actuar. El pa™s tiene que vencer el reto de la competitividad.

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11 ÀQu” es la competitividad? ÒLa soluciŠn no depende de que haya m⁄s capital. Por el contrario, la soluciŠn radica en la productividad del pa™s o en la manera en que su fuerza de trabajo y capital se encuentren organizados. Si los pa™ses pobres mejorasen su productividad y equilibrasen su presupuesto pœblico, disp ondr™an, a trav”s del ahorro dom”stico y la inversiŠn extranjera, del suficiente capital para crecer.Ó William W. Lewis No hay un consenso sobre la definiciŠn de competitividad. Para las empresas, competitividad significa la capacidad de competir exitosa mente en los mercados internacionales y frente a las importaciones en su propio territorio. Para muchos pol™ticos y comentaristas, la competitividad se mide a trav”s de un conjunto de ™ndices cuantitativos, como podr™an ser los niveles de empleo y desemple o, las tasas de crecimiento de la econom™a o la balanza comercial. Para muchos economistas y no pocos empresarios, la competitividad se reduce al costo de la mano de obra en el pa™s, respecto a la de otras naciones, notablemente China estos d™as, ajustando ese precio con el tipo de cambio vigente. Sin embargo, si uno analiza las caracter™sticas de diversos pa™ses que se consideran exitosos, resulta evidente que muchas de estas explicacione s son insuficientes. Existen empresas que compiten exitosamente a pesar de la fortaleza de la mone da de su pa™s, al igual que empresas exitosas en pa™ses cuyos gobiernos experimentan d”ficit fiscales elevados. Lo contrario en ambos casos tambi”n es cierto: el ”xito de las empresas no se explica por este tipo de factores. Otras explicaciones atribuyen el ”xito a la disponibilidad de mano de obra o de recursos naturales, a la existencia de una pol™tica industrial o a la disponibilidad de subsidios para las empresas exportadoras. La realidad es que cada una de las naciones q ue es considerada como exitosa ha logrado una combinaciŠn Šptima de habilidades empresariales y pol™tica gubernamental. Pero como cada pa™s cuenta con caracter™sticas distintas, esa combinaciŠn es espec™fica para cada caso. Algunas naciones son excepcional es para la producciŠn de vinos y otras para computadoras, unas para productos qu™micos y otras para software. El punto es que la competitividad de las empresas no depende de un conjunto espec™fico y anticipable de pol™ticas gubernamentales, sino de su Špti ma combinaciŠn. Por ello, dada la diversidad

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